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Mariano Íñigo Gutiérrez

 

Mariano Iñigo, poeta y pintor, nació en Villarramiel, Palencia, el 10 de julio de 1948. Con siete años sale de su pueblo para dirigirse a Santander, al Sanatorio de Santa Clotilde, aquejado de una enfermedad en las piernas que le mantiene un tiempo en silla de ruedas. Una vez superada la enfermedad, se dirige a Lodosa (Navarra) donde inicia sus estudios para sacerdote. Allí permanece hasta 1964.

Con 17 años decide ir a Madrid, donde entra en contacto con bohemios y con todo tipo de gentes relacionadas con las artes y la literatura, y donde comienza su relación con la palabra. Comparte piso con Mario Rodríguez, un poeta cubano exiliado, quien le influye en sus primeros escritos.

En el año 1968 decide marcharse a Vitoria, ciudad donde reside hasta su muerte el 8 de diciembre de 2012. Vitoria era una ciudad conservadora, hecho éste que nunca le impidió escribir una poesía social: la pobreza, las relaciones humanas, los marginales, se convierten en los temas y personajes que pueblan sus poemas. Según él, es la poesía quien elige al poeta, no al revés, “si uno se considera poeta solo puede escribir lo que realmente siente”.

Lo que le marcará definitivamente será su encuentro con el poeta Leopoldo María Panero, reafirmándose en su estilo “radical”. Nos encontramos con un hombre que ha decidido mostrar el lado oculto de la sociedad y más crudo de la vida, ese mundo a menudo silenciado o escondido. Su forma de escribir es visceral y vitalista que surge de una rebeldía profunda.

Mariano Iñigo se muestra como un observador crítico de cuanto le rodea. Es un hombre para quien escribir poesía es ir más allá de lo que ven lo ojos, es descender a los abismos del alma e intentar extraer todo lo “bello” y lo “feo” que encuentra. Esa es para él la verdadera poesía.

Es un poeta radical y desgarrado. Enfrentarse a su poesía no es fácil, al leerla nos vemos arrastrados a un mundo duro y tormentoso. Son poemas que hablan del sentido trágico de la vida y del enfrentamiento del hombre ante la inmensidad del mundo que le rodea.

Considera que la poesía sirve sobre todo para acercarnos a los seres humanos y a las cosas, al hombre con sus angustias, sus deseos y frustraciones, sus amores… pues en el arte como en la vida todo es acercamiento.

Su obra

Ha publicado los siguientes libros de poesía:

  • Bohemia interior (1983)
  • Cartapacios de Lucerna (1992)
  • Amargamente vital (1993)
  • En una fosa de anhelos azules (1995)
  • El desorden de la mano que mata (1997)
  • Noíra Rocelina (2001)

Ha colaborado en las revistas de creación literaria: Naturaleza impresa, Máscara, Comunicación, Lux Daemoniorum, Amilamia, Gárgola, El Ateneo del Norte, La Carda y Texturas.

Ha dado recitales de poesía en Vitoria, Bilbao, Mondragón, Madrid y Palencia.

Por otra parte en su faceta como pintor Mariano Iñigo nos muestra su cara más amable y nos seduce con sus “Moñoños” figuras que se entrelazan, con un bonito colorido, hechas con rotulador.
Como pintor y dibujante ha mostrado su obra principalmente en Vitoria (Sagu-Alai, Café del Arte, Espacio Zuloa).

Recientemente se le ha hecho un homenaje en Vitoria, en “ la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa”, para recordar su figura y su obra.